Cagliari ha encontrado su nueva bandera

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Alessandro Deiola habló como un verdadero fanático de los Rossoblu.

Probablemente el entorno sardo aún tiene que digerir el estrepitoso descenso -tanto por la forma sensacional en que se produjo, como por el valor de la plantilla- que se produjo el año pasado. Ante el inesperado descenso a la división cadete, algunos peces gordos -Alessio Cragno y Joao Pedro sobre todo- han abandonado la isla, como se anunció ampliamente tras el amargo veredicto del campo.

Sin embargo, los aficionados rossoblu, que ahora confían en Fabio Liverani para volver a la etapa más prestigiosa, pueden consolarse con el apego a la causa de un jugador que, tras mucho deambular en préstamo, regresó a casa en enero de 2021. Y nunca se ha ido. El oriundo de San Gavino Monreale, una localidad del sur de Cerdeña, firmó el lunes su ampliación de contrato con el club isleño hasta 2025.

«No fue fácil superar una paliza como la de la temporada pasada», comenzó diciendo Alessandro Deiola en su perfil de Instagram. «Pero caerse significa volver a levantarse y, como sardo que se preocupa por esta camiseta, sentí inmediatamente la fuerte responsabilidad de devolver, en el campo, con hechos lo que se me fue de las manos. Hoy miro al presente y al futuro orgulloso de que lleven los fuertes colores rojiazules», concluyó.

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