Pádel, las lesiones aumentan: consejos de expertos para evitarlas

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Conocer los factores de riesgo ayuda a prevenir las lesiones y a aumentar el rendimiento

El pádel nació en los años sesenta en México, pero sólo hoy se ha afianzado en Europa, donde hay un aumento exponencial de jugadores y pistas. En consecuencia, las lesiones asociadas a la práctica de este deporte también están aumentando drásticamente, especialmente en la población de entre 35 y 55 años. Éstas afectan a varios distritos óseos, en primer lugar el codo (20%), seguido del tobillo (19%), la columna lumbar (14%), el hombro y la rodilla (12%). Además, el índice de lesiones aumenta en el caso de la edad avanzada, el índice de masa corporal (IMC) elevado y la escasa agilidad del jugador.

El pádel se juega con una raqueta rígida con la que se intercambia una pelota idéntica a la utilizada para jugar al tenis, dentro de una pista rectangular delimitada por cuatro paredes. La falta de coordinación del gesto técnico es sin duda uno de los factores más importantes para las lesiones, al igual que los numerosos cambios de dirección y el uso más intenso de la raqueta, que provocan tensiones repetitivas en los sistemas musculoesquelético y articular. Para evitar problemas, lesiones o traumatismos, sugiere el Dr. Paolo Arrigoni, ortopedista, parte del equipo de Primera Ortopedia de la ASST Gaetano Pini-CTO y aficionado al pádel, es necesario no interrumpir bruscamente la cadena cinética que permite al jugador de pádel mover la raqueta con rapidez, minimizando así la tensión funcional de las articulaciones.

La cadena cinética», especifica el experto, «comienza en los pies e implica las rodillas, las caderas, la columna lumbar y el tronco, el hombro, el codo, la muñeca hasta la mano y la raqueta». Cuando la transferencia de energía no está bien coordinada, la cadena se rompe, provocando una sobrecarga en una o varias articulaciones. En el pádel, a diferencia del tenis, se realizan principalmente golpes por encima de la cabeza, por ejemplo, la bandeja, la vibora, el smash, casi siempre en plano o en backspin, con sobrecargas funcionales en todas las articulaciones. Por ello, las articulaciones de los miembros superiores son más susceptibles de sufrir lesiones crónicas, por sobrecarga y microtraumatismos repetidos. En cambio, las articulaciones de los miembros inferiores se ven más afectadas por las lesiones agudas».

Al igual que en el tenis, uno de los problemas más frecuentes es la tendinopatía lateral del codo (epicondilitis lateral o «codo de tenista»). De hecho, los tendones del codo, incluido especialmente el tendón extensor radial corto del carpo, sometidos a tensión por las vibraciones y los golpes de la raqueta, pueden inflamarse, causando dolor lateral en el codo y desencadenando también un proceso degenerativo. Cuando se trata del hombro, los gestos atléticos repetidos pueden provocar la rotura de los tendones del manguito de los rotadores. «El manguito rotador es un complejo músculo-tendinoso que, trabajando en sinergia con el deltoides, permite levantar el hombro. Una reducción de la fuerza y la aparición de dolor durante la elevación del hombro deben hacer sospechar siempre una tendinopatía o una lesión del manguito de los rotadores. El diagnóstico puede obtenerse durante un cuidadoso examen clínico», explica el Dr. Arrigoni.

El pádel también supone un esfuerzo para las muñecas. La patología más frecuente a este nivel es la tendinopatía del extensor cubital del carpo, consecuencia de los golpes de derecha repetidos: «Los jugadores de pádel suelen ejecutar los golpes de derecha con la extremidad en supinación y la muñeca desviada en dirección cubital. Aunque se aconseja no realizar movimientos de rotación de la muñeca en el momento del impacto con el balón, la flexión y la extensión de la muñeca se producen como movimientos repetidos, especialmente después del impacto con el balón. El tendón extensor también está sobrecargado por las fuerzas transmitidas a la muñeca en el momento del impacto, como en el golpe. La lesión del complejo fibrocartilaginoso-triangular también puede producirse en los deportistas de pádel: «La supinación y pronación repetitiva del antebrazo con la muñeca extendida y en desviación cubital predispone a los deportistas a esta lesión compleja que a menudo requiere cirugía para reducir los síntomas.

Las lesiones en las extremidades inferiores, los tobillos y las rodillas también son muy comunes entre los deportistas de pádel. «Los repetidos cambios de dirección y el impacto con el suelo durante los saltos pueden provocar lesiones meniscales o de los ligamentos de la rodilla. Suelen provocar esguinces de rodilla con elongación y lesión del ligamento colateral medial. Las lesiones de menisco pueden producirse solas o asociadas a una lesión del ligamento cruzado anterior (LCA). En este caso, se requiere una intervención quirúrgica y el deportista no podrá volver al campo durante seis meses. Los esguinces de tobillo también son un hecho muy común. Suele implicar una pérdida momentánea de la inversión de la relación articular con el estiramiento o la lesión del complejo ligamentario lateral del tobillo. De ellos, el más afectado es el ligamento peroneo-astragalino anterior. En estos casos, hay que actuar rápidamente siguiendo los protocolos adecuados para limitar el riesgo de inestabilidad postraumática, con ortesis que deben llevarse durante 4-6 semanas en función de la magnitud del esguince. Otra lesión muy común es la del tendón de Aquiles», que no puede tratarse más que quirúrgicamente.

Los jugadores de pádel se quejan a menudo de dolores lumbares: «Los giros rápidos y las frenadas y reinicios constantes someten a los músculos paravertebrales de la columna vertebral a un esfuerzo repetido. El smash, por ejemplo, para ser efectivo implica una rotación y una posición de extensión lumbar muy pronunciadas. Esto puede contribuir a que se produzcan lesiones musculares, por lo general elongaciones o estiramientos, de los músculos paravertebrales y que requieran la suspensión del deporte durante un periodo de tiempo». El pádel es un deporte muy divertido y recreativo, pero al mismo tiempo muy complejo y físicamente exigente: «Conocer los factores de riesgo ayuda a prevenir lesiones y, al mismo tiempo, a aumentar el rendimiento. Para minimizar los riesgos, es necesario trabajar la técnica, tener una cuidadosa preparación atlética, realizar ejercicios de fortalecimiento muscular y estiramientos. También hay que tener en cuenta la temperatura climática, la superficie de juego, el equipamiento inadecuado, la empuñadura de la raqueta o el tamaño del mango. También es importante proporcionar períodos de descanso», concluye el experto.

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