Potito Starace abre el libro de los recuerdos
Potito Starace abre el libro de los recuerdos
Potito Starace ha ligado doblemente su nombre a los Internacionales de Tenis de San Marino, donde ha sido protagonista absoluto durante una década. El jugador, nacido el 14 de julio de 1981 en Cervinara, en la provincia de Avellino, firmó las ediciones de 2004, 2007 y 2011 del torneo, sin olvidar las finales alcanzadas en 2008 y 2009, perdiendo en tres sets en sendos derbis tricolores, respectivamente con Filippo Volandri y Andreas Seppi (una final que ha quedado para la historia por la extraordinaria asistencia de público, con entradas agotadas en la Central y espectadores incluso en la cima de la colina de Montecchio sólo para ver el partido).
“Guardo maravillosos recuerdos de mi participación en el torneo de San Marino– subraya el ex davisman italiano – también porque siempre pude expresarme al máximo desde el punto de vista tenístico y en muchas ocasiones llegué al final de la semana, a pesar de tener un nivel técnico muy alto. Me gustaron mucho las condiciones, a una ligera altitud, lo que hizo que mi juego fuera aún más eficaz, y también la ubicación en el calendario, en pleno verano, cuando a menudo alcancé la cima de mi forma. Honestamente, me sentí como en casa, el público y todas las personas que trabajaron en el evento me querían y pude sentir este calor, había un ambiente realmente bonito, un incentivo extra para hacerlo bien, aumentado por la programación de mis partidos en la sesión de tarde, con muchos aficionados en las gradas. Y en los últimos días, digamos desde las semifinales, un grupo de amigos míos venía a apoyarme calurosamente durante los partidos. Al final cenábamos juntos y, cuando llegaba a la final, íbamos a bailar a Riccione al final del torneo, haciendo mañana…”.
Starace, que actualmente divide su tiempo entre la función de director del sector competitivo del Due Ponti Sporting Club de Roma y su club de tenis de Cervinara, donde los centros de verano para niños y jóvenes de toda Campania están en pleno apogeo hasta finales de agosto, además de ser miembro de dos clubes de pádel bien establecidos en Arezzo (“el deporte del momento, que también practiqué durante un tiempo tras dejar el tenis, y que gusta mucho a todo el mundo, incluidas las mujeres y los jóvenes), no tiene dudas a la hora de elaborar una hipotética clasificación de los tres éxitos de la Titan. Como se suele decir, nunca se olvida la primera vez, así que el título ganado en 2004 es el que ha permanecido en mi corazón, también porque aquella fue la temporada de mi explosión en el circuito. En mayo gané mi primer Challenger en San Remo, luego en Roland Garros pasé las rondas de clasificación y entré por primera vez en el cuadro del Slam, eliminando al ruso Tursunov y al francés Grosjean, el primer jugador top 10 al que había derrotado, y luego perdiendo en cinco sets contra Marat Safin tras desaprovechar dos puntos de partido. Aprovechando el impulso, también gané el Challenger de Sassuolo, y en julio llegué a semifinales en Gstaad, luchando durante tres sets con el ídolo local Roger Federer, entonces número 1 del mundo. Y recuerdo bien que en San Marino derroté al español Mantilla en tres sets, luego a Volandri, nº 1 de la siembra, y en cuartos a Seppi, en semifinales me impuse al belga Christophe Rochus y en la final al estadounidense Hugo Armando. Gracias a ese éxito entré por primera vez en el top 100 del mundo, alcanzando el puesto 95 del ranking, luego en septiembre también se produjo el debut en la Copa Davis contra Polonia, donde gané los dos singles contribuyendo al pase de Italia en el Grupo 1”.