Milena Bertolini rompe su silencio y se desahoga

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Milena Bertolini, amargo arrebato

Después de unos días de silencio tras su eliminación en la fase de grupos del Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda, la ex seleccionadora italiana Milena Bertolini ha respondido a las críticas recibidas con una larga carta publicada en sus perfiles sociales.

«La salida del Mundial y la derrota deportiva vivida -ha comenzado la seleccionadora- me han llevado a reflexiones que me parece importante compartir con todos vosotros, partiendo de esa posición de repliegue sobre uno mismo que busca arrojar luz sobre las sombras que corren el riesgo de colarse en nuestro interior, estropeando la belleza de la experiencia. Me he dado el tiempo justo para observar y escuchar, no tanto los movimientos externos y las críticas sumarias que se hacen en estas “desafortunadas” circunstancias futbolísticas, como la complejidad que siempre acompaña a toda crítica en un equipo".

"Un equipo, y por equipo me refiero a TODO EL PERSONAL Y LOS JUGADORES, se basa principalmente en el reconocimiento por parte de cada uno de su propio papel y el apoyo indispensable del papel de los demás. La asonancia, la armonía y la puesta en común entre los individuos van a definir un organismo unitario que puede expresar cualitativamente mucho más que cada individuo. Este organismo unitario también puede expresar algo menos que la suma de los individuos, cuando cada uno no subordina su propio protagonismo en favor del equipo, cuando no se produce una relación de complementariedad entre los individuos, cuando se lucha por aceptar pactos organizativos de orientación y dirección de todo el equipo (plantilla y jugadores)".

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"El fútbol è un magnífico deporte de relaciones e interrelaciones, que se mueve con espacios y tiempos que deben coincidir en velocidad y expectativas, ritmo y movimientos, ideas y propuestas, energía…. un fino hilo que nos une en una relación de interdependencia de unos con otros, donde el Yo en determinadas coyunturas deja emerger el Nosotros y donde el Nosotros se mueve al unísono para dejar espacio al juego individual, sólo cuando éste es bueno para el Nosotros. El fútbol è una metáfora extraordinaria de la Vida, porque cuando se ve de dos maneras sabe crear puentes".

" el puente que crea y hace fértil y constructiva toda relación; ese puente que hay que construir bien cuando se avanza junto a los compañeros hacia la portería contraria, en ese asombroso medio técnico que es el PASAJE (gesto técnico de relación por excelencia). Un puente también en el paso entre viejas y nuevas generaciones, en el que dejar herencias preciosas, con la conciencia y la humildad de saber dejar el propio lugar, que nunca nos pertenece del todo, sino que sólo nos ve como protagonistas pasajeros si nos consideramos de paso y no en tronos adquiridos para siempre".

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"La falta de puentes y, por tanto, de relaciones puede llevarnos a perjudicarnos a nosotros mismos, precisamente en el momento más difícil del mundial. Pero no se trata de un accidente, de un destino burlón que se vuelve contra nosotros. Por el contrario, es un acontecimiento fundamental, que debe servir para formar una mirada que sepa crecer incluso en la pérdida y no sólo en la victoria. La búsqueda de un chivo expiatorio es demasiado ingenua y obvia: no olvidemos que cuando señalamos con el dedo a alguien, los otros tres dedos de nuestra mano miran hacia nosotros".

"El riesgo de lo contrario " de jugar el juego contra nosotros mismos y no con nosotros mismos y nuestros oponentes. Por lo tanto, no siento resentimiento y no tengo ninguna razón para sentir o buscar un culpable. Pienso en mi historia deportiva de más de cuarenta años, llena de experiencias a muchos niveles, rica en vivencias, vínculos, intercambios y habilidades maduradas no sólo dentro de la escuela Coverciano, sino sobre todo dentro de muchas relaciones. Ese anclaje necesario, cuando fuera arrecia la tormenta y hay que agarrarse fuerte".

"Para terminar, me gustaría dar las gracias a todos y cada uno de ellos, desde las chicas hasta todos los miembros del personal de cada área específica, pasando por los directivos que estuvieron a nuestro lado, porque cada uno de ellos lo dio todo. Los momentos de crecimiento personal no siempre coinciden y no siempre es posible conseguir resultados positivos, pero no dudo del compromiso y las buenas intenciones de todos. Dejo la selección después de tantos años y siento que debo agradecer a la FIGC y a Renzo Ulivieri la gran oportunidad que me han brindado. Han sido años hermosos y muy intensos, que llevaré siempre conmigo. Deseo que la selección nacional y todo el fútbol femenino crezcan y que todo el movimiento vuelva a ponerse en marcha con vigor y energía. Muchas gracias. Milena Bertolini".

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