Victor Osimhen devuelve al Nápoles a la cuarta plaza
Nápoles-Cagliari 2-1
El Nápoles è volvió al éxito. A pesar de la feroz batalla con un Cagliari que Ranieri moldeó y cambió constantemente, el equipo napolitano logró puntuar gracias a los goles de Osimhen y Kvara. La tenacidad y agresividad del Cagliari no fueron suficientes para frenar la determinación del Nápoles, que logró su segundo éxito consecutivo bajo la dirección de Mazzarri. Además, la victoria se vio favorecida por el regreso de Mario Rui, un lateral izquierdo de gran calidad. No podemos dejar de mencionar la memoria del gran capitán Antonio Juliano, a quien está dedicada una victoria como ésta. Curiosamente, era la primera vez que el Nápoles ganaba después de un partido de Liga de Campeones, una señal importante de la fortaleza del equipo.
El Nápoles tuvo que hacer frente a la baja de Zielinski en el centro del campo, pero con Cajuste como titular, Ranieri optó por desplegar a los dos panzers, ambos ex, Petagna y Pavoletti, que también fueron útiles en defensa. El Cagliari, por su parte, optó por desplegar un 4-4-2 muy cerrado y agresivo, mostrando humildad pero tratando de subir la línea siempre que era posible. Al Nápoles no le resultó fácil encontrar espacios, pero Kvara logró crear una ocasión con un gran centro para Osimhen en los últimos minutos. El Cagliari, sin embargo, demostró que no sólo había venido a defenderse con un derechazo de Augello desviado por Di Lorenzo. Mazzarri trató de convencer a Natan para que subiera más y se fuera a la banda, pero el brasileño no ejecutó y evitó que Kvara sacara su disparo. A pesar de ello, el Nápoles siguió intentando marcar a balón parado, pero Rrahmani sólo remató a un poste. Meret, por su parte, estaba listo para salir en un contragolpe del Cagliari. El partido se ponía cada vez más duro y, a medida que pasaba el tiempo, los árbitros también se esforzaban por mantener la igualdad, lo que caldeaba más el ambiente.
En la reanudación del partido, el experimentado entrenador optó por un 3-5-2 para reforzar el centro del campo. El equipo sardo se mostró convencido de esta elección, mientras que los azzurri parecían un poco blandos sobre el terreno de juego. Sin embargo, tras una mala salida, Obert, recién entrado, tuvo la oportunidad de marcar, pero su disparo salió centrado. Poco después, Mazzarri realizó dos sustituciones, dando lugar a un 4-2-3-1: Raspadori se colocó junto a Osimhen y Mario Rui volvió a jugar por la izquierda.
El equipo pasó a jugar con un 4-2-3-1.
A pesar de la importancia del sistema de juego, el Nápoles fue el más beneficiado por el regreso de un lateral izquierdo, que mejoró notablemente el rendimiento del equipo. Kvara desbordó y, gracias a su valioso toque, proporcionó un centro perfecto para el portugués, que se marchó y marcó su cuarto gol en cuatro partidos contra el Cagliari. Osimhen demostró así ser uno de los mejores jugadores sobre el terreno de juego, si no el mejor. Sin embargo, en apenas tres minutos el Nápoles se hizo el harakiri. La defensa, poco agresiva y mal posicionada, concedió espacios al recién entrado Luvumbo, que logró encontrar el camino correcto por la izquierda y centrar raso para Pavoletti, que marcó pronto.
El gol fue bueno.
El Nápoles mostró una actitud más agresiva y el protagonista volvió a ser Osimhen, que logró gestionar un balón en el área pese a la presencia de cuatro defensas y empujarlo hacia el otro lado, donde Kvara lo convirtió en gol con una celebración burlona. Politano volvió a marcar, pero el árbitro Marcenaro anuló el gol alegando que Osimhen, que no había participado en la acción, estaba en fuera de juego. Más tarde, el nigeriano abandonó el campo por una lesión en la ingle y Mazzarri decidió volver al 4-3-3 insertando a Gaetano. Pese a sus limitaciones defensivas, el Nápoles aguantó el tipo ante el Cagliari, que estuvo a punto de empatar con un peligroso lanzamiento de falta de Dossena, pero el equipo no concedió nada más hasta el final del partido.