Amargo adiós a las carreras para Alex Schwazer
El amargo adiós de Alex Schwazer a la competición
Amarga despedida para Alex Schwazer, tras su larga y discutida descalificación, esta tarde en Arco, Trentino è volvió a la marcha, pero tuvo que parar tras dos tercios de carrera, en el kilómetro 14°, debido a una ciática que le persigue desde hace varias semanas. Quería correr hoy a toda costa, para enseñar a mis hijos lo que hacía su padre. De hecho, nunca me vieron en la carrera", dice Alex con la cara marcada por el dolor.
La prueba, bautizada como QAlex20k, representa también la probable despedida de las carreras de este corredor de 39 años. En la salida con él, bajo un cielo amenazante de lluvia, a las 19.30 horas, un único competidor, Damiano Barberi, un maestro del Véneto, aún sin resultados Fidal en los 20 kilómetros. En las gradas, numerosos aficionados y curiosos aplaudían al surtirolés a cada paso bajo las gradas. Al principio, el único adversario en la carrera de 50 vueltas era el viento. Le molesta tanto que le hace perder dos minutos», explica Sandro Donati. Entrenador, pero también un poco padre, le cuenta al marchador los tiempos de paso.
“È arrancó con tanta rabia e ímpetu, que le invité a perdonarse", dice este hombre de 77 años, incapaz de ocultar cierta agitación y preocupación. En efecto, intuyó, leyendo la cara de su alumno, que algo iba mal. Debido a una elección precisa, el resultado no fue válido para la clasificación internacional, pero fue debidamente certificado para la clasificación Fidal. El evento fue organizado por Queen Atletica y ASD Atletica Alto Garda e Ledro en colaboración con Mancini Group. Alex siguió acumulando kilómetros, pasando con impresionante regularidad bajo la pancarta de meta. El cuerpo de este sudtirolés de 1,87 metros de altura no parece haber cambiado desde los tiempos de sus grandes éxitos. Pero a estas alturas ya sólo son recuerdos de otra vida.
La descalificación por dopaje terminó en la medianoche del domingo 7 de julio. Hoy, cuando me presenté en la salida, tuve que pedir alfileres a los organizadores para fijarme el dorsal en el pecho, para saber cuánto tiempo había pasado desde mi última carrera», cuenta. Vuelta tras vuelta los dolores empeoraban y Alex ya no podía poner pie a tierra como exigían las normas de la marcha. En ese momento se retira, los aficionados le saludan con un largo y cariñoso aplauso. El ahora ex marchador apenas puede caminar. Esta ha sido mi última carrera como atleta. Nací atleta y lo seguiré siendo siempre. Si quiere, cuando tenga 50 años, participará en competiciones de pueblo», dice con una media sonrisa entre la amargura y el alivio. Las competiciones de los Juegos Olímpicos de París las verá desde casa: "" è una cosa importante y bonita". Y Alex lo sabe.