Pecco Bagnaia y Domizia Castagnini se casan

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Pecco Bagnaia y Domizia Castagnini se han casado

El campeón de Motogp Francesco "Pecco" Bagnaia y Domizia Castagnini se casaron en Pesaro. Boda VIP por la tarde en el Duomo de Pesaro con el ganador de tres títulos mundiales (en 2018 en Moto2, y en 2022 y 2023 en MotoGP) la tradicional larga espera delante de la iglesia, de la novia que llegó 40 minutos tarde.

La céntrica Via Rossini llevaba horas cerrada al tráfico. Multitudes en torno a la catedral: los aficionados esperaban impertérritos bajo el sol la llegada de los novios, procedentes de Chivasso, en Piamonte, y de los invitados, entre ellos un aplaudido Valentino Rossi y su esposa, así como el cantante Cesare Cremonini y su prometida Giorgia Cardinaletti, periodista de la RAI.

Todos los pilotos del Vr46, el equipo de Valentino Rossi, estuvieron presentes, incluidos Franco Morbidelli y Marco Bezzecchi, Enea Bastianini y Luca Marini. La catedral, repleta de mosaicos, estaba decorada con una alfombra turquesa y flores de colores fuertes junto con pamelas y flores blancas: la novia llevaba un vestido de encaje de la boutique Ratti con una cola de tres metros; el novio, emocionado, llevaba un traje gris, flor en el ojal y corbata azul claro. La ceremonia, oficiada por Don Mario Florio, estuvo vedada a los no invitados a la boda, con porteros en la entrada.

Al final de la misa, una lluvia de arroz y pétalos de flores blancas saludó la unión de una pareja que lleva años decidida a vivir en Pesaro, hasta el punto de que el piamontés Bagnaia recibió la ciudadanía honoraria de la ciudad. A continuación se celebró una cena en Villa Imperiale, por un coste de 6.000 euros por el alquiler de la antigua residencia en las colinas de San Bartolo, con un menú confiado al chef Massimo Bottura, galardonado con una estrella Michelin. Tortellini alla modenese y ternera alla Pollok, además de muchas sorpresas culinarias y vinos exclusivos. Para los novios, el coche que eligieron también era exclusivo: un Porsche 356 spider gris de los años 50 navegó desde Via Rossini hasta Villa Imperiale entre los aplausos de la gente armada con teléfonos móviles con las baterías gastadas para las miles de fotos y vídeos.

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