Sofía Goggia, escalofriante agradecimiento social a su madre
Sofía Goggia, escalofriante social gracias a su madre
Sofia Goggia è está lista para volver a las pistas este fin de semana en Beaver Creek. La bergamasca, de camino a la estación estadounidense, ha querido dar las gracias a su madre, dedicándole un largo mensaje en su perfil de Instagram: Guarda en tu corazón tu sueño: siempre me has dedicado esta frase, escrita en cada tarjeta de felicitación, susurrada a mi oído cada vez que estaba a punto de salir a mis carreras, después de darme un beso, apretada fuertemente en uno de esos abrazos tuyos de siempre, abrazos en los que siempre te emocionabas; esos ojos tuyos brillantes, llenos de emoción y aprensión, aprensión de la que muchas veces, íntimamente, en mi vida, he luchado por soportar, los he impreso dentro y los atesoro como la fuente de tu Amor".
"Guarda tus sueños en tu Corazón" y no permitas que nadie te los robe"; añadiste cuando me acariciabas suavemente en el sofá antes de este viaje: las lágrimas surcaban nuestros rostros. Porque, Sofía, tú has dedicado toda tu vida a esto, has cultivado este sueño desde que tenías seis años, así que si esto es lo que realmente quieres, tienes el deber moral y el derecho de perseguirlo, así que te digo, y te lo digo con firmeza, no dejes que nadie ni nada te lo robe: protégelo ahí, en tu corazón.
"Tú has vivido mi cansancio personal de estos meses desde aquel día de febrero -continuó la estrella del esquí-, mi oscuridad interior y precisamente por eso me has repetido estas palabras, me has instado a seguir soñando. Querida mamá, estoy de camino a Beaver Creek, la temporada empieza el sábado: se me nublan los ojos al escribir estas palabras. Me acuerdo de aquel día de febrero, cuando aún me arrastraba por la nieve, mirando aquel cielo azul, sentía que no tenía pies pero el único dolor que sentía, agudo como una puñalada, era el de mi corazón, cuyos sueños se habían hecho añicos".
"Hay algo que no te he contado pero que me gustaría que supieras… el otro día, después de la última ronda de entrenamiento de eslalon gigante en Copper, me tumbé de espaldas en la nieve, volví la mirada hacia el ins’n, como aquel día, por el que tanto me había maldecido, tan poco aceptado, con extremo esfuerzo perdonado: miré al cielo pero esta vez sonreí, lleno de un enorme sentimiento de gratitud. Aquel sueño è de nuevo, fuertemente vivo en mí. Gracias por estar ahí en silencio" concluye Goggia.