Yann Sommer, los cuatro goles encajados contra la Juventus cuestan banquillo y despedida

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El muro de las jerarquías, que parecía intocable, se derrumbó en el Stadium en el minuto 91 del Juventus-Inter: el disparo inexpugnable de Adzic, inesperado héroe de la noche, castigó a Sommer, que ya estaba bajo acusación por el gol encajado por Yildiz. El episodio encendió el debate en Appiano, donde Cristian Chivu discutió largo y tendido con su plantilla y ahora parece orientarse hacia un cambio inmediato: en Amsterdam, contra el Ajax -un club muy querido para él por el espléndido cuatrienio pasado en el sector juvenil- podría ser el turno de Josep Martínez, suplente español que lleva de baja desde el 11 de mayo, el día de la victoria en el campeonato contra el Torino.

La elección, que también conlleva un mensaje de movilidad dentro del grupo de cara al debut en la Liga de Campeones, no debe leerse como un castigo. Sommer sigue siendo un referente seguro, con experiencia para levantarse y volver a dirigir. Más bien, el Inter quiere mirar hacia delante: con el suizo expirando en junio, es el momento de ver si Martínez puede convertirse en un activo en el que invertir. El casting de porteros, al fin y al cabo, también puede empezar en el vestuario antes que en el mercado.

El portero español, por otra parte, no parte de cero: ya saboreó la Liga de Campeones con el Inter precisamente en Holanda, en los octavos de final contra el Feyenoord, que se saldaron con un 2-0 y un gol inatajable. Y de nuevo fuera, pero con el Leipzig, vivió otro recuerdo feliz en Bélgica, en Brujas: una amplia victoria (5-0) y otra portería a cero para enmarcar.

A la vitrina europea llega, por tanto, invicto Martínez, en un momento en el que el Inter acaba de encajar seis goles en dos partidos, firmando su peor arranque en 14 años. A veces, para dar la vuelta a las cosas, basta con mezclar los ingredientes. Hasta ahora, sin embargo, nunca había ocurrido que un entrenador -ni siquiera Inzaghi- lo prefiriera a Sommer por razones puramente técnicas: sus apariciones sólo se habían producido por rotación o lesión. Aun así, el club había invertido 13,5 millones más primas para arrebatárselo al Génova.

Con él en la portería, el Inter sólo perdió un partido de diez, aquel doloroso duelo de vuelta de semifinales contra el AC Milan (0-3). Números suficientes para que Chivu piense en el cambio: no un acto definitivo, pero sí una señal clara. El Inter trabaja el presente con la vista puesta en el futuro, dentro de una transición compleja pero inevitable.

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