A Carlo Calcagni el "Collare d'Oro". "Inmenso privilegio, nunca te rindas" dice

El próximo 3 de noviembre será un día muy importante para Carlo Calcagni. Él mismo lo explica. “Recibir el ‘Collare d’Oro al Merito Sportivo’ del Comitato Italiano Paralimpico (CIP), el más alto honor reconocido en el deporte, como una atestación más del título de Campeón del Mundo 2025, es un inmenso privilegio” dice.
“Es un galardón que no sólo premia una victoria, sino que celebra un camino hecho de sacrificios, caídas, subidas, miedo y coraje– añade -. Mi enfermedad neurodegenerativa intenta cada día frenarme, detenerme, quitarme lo que amo. Mi respuesta es siempre la misma: no rendirme nunca y seguir adelante. La dedicación, el trabajo constante, la profunda motivación, el amor y la serenidad interior, adquiridos a través de la lucha, demuestran que toda barrera puede superarse. Incluso se pueden mover montañas”
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“El 3 de noviembre viviré un momento que llevaré en el corazón para siempre”, subraya a continuación. Lo dedico a los que me dieron fuerzas cuando las mías parecían desvanecerse, a la FISPES y al CIP por su confianza y por este prestigioso premio, a todo el equipo nacional, sin excluir a nadie, a los entrenadores y técnicos por creer en mí incluso cuando otros dudaban, a los médicos y al personal sanitario, por la humanidad y competencia que apoyaron cada uno de mis pasos, a mi familia y amigos, mi roca y mi puerto seguro, a todos los seguidores, su energía me empujó al límite. Con gratitud y respeto, también me gustaría dar las gracias a aquellos que me han obstaculizado, juzgado o excluido a lo largo de los años, porque sus decisiones y muros me han obligado a ser más fuerte, más resistente, más resiliente y más decidida”.
“Cada puerta cerrada era una oportunidad para construir una puerta hacia un nuevo horizonte. Empezamos de nuevo, con humildad y una determinación aún más fuerte, hacia nuevas metas, nuevos sueños, nuevos logros, porque cada éxito es el comienzo de un nuevo reto. Nunca hay que rendirse, a pesar de todo y de todos, cueste lo que cueste” concluye Calcagni.
