Milán-Cortina 2026, Achille Polonara vuelve a emocionar a todos

El viaje de la llama olímpica comenzó oficialmente en Roma, con algunos portadores excepcionales como Gregorio Paltrinieri, el primero de la historia, Elisa Di Francisca y Gianmarco Tamberi. También hubo uno aún más especial, por la batalla que está librando contra la leucemia, a saber, Achille Polonara. El jugador de baloncesto, que hace sólo unas semanas estaba en coma tras un trasplante de médula ósea, recorrió su parte de la larguísima carrera de relevos que terminará dentro de dos meses en Milán, y en concreto en el estadio de San Siro, donde se celebrará la ceremonia de apertura el 6 de febrero.

Andrea Gussoni

“Ha sido una gran emoción, hoy estaba supernerviosa y nerviosa, pero todo ha salido bien. También es emocionante estar de pie, hasta hace una semana seguía en silla de ruedas, así que–es un gran éxito», declaró el ex jugador del Virtus Bolonia, ahora en las filas del Dinamo Sassari y nombrado capitán de la selección nacional por el nuevo seleccionador Luca Banchi. Espero estar al final y que las cosas vayan mejor a partir de ahora. Ser atleta me ha ayudado mucho y mi corta edad también ha influido. Siempre he sido un luchador”. “Pasarle la llama fue una satisfacción inmensa. Sé por lo que pasó y no se lo deseo a nadie, pero lo afrontó todo como un guerrero”, dijo Gianmarco Tamberi.

El viernes, el Presidente de la República, Sergio Mattarella, encendió el brasero olímpico de los Juegos de Milán Cortina 2026 en la plaza del Quirinale. “El encendido de la Llama Olímpica, que inicia un apasionante recorrido por las Regiones de Italia, no sólo significa un gran acontecimiento deportivo: tiene también, como es bien sabido, un alto valor simbólico y recuerda principios, ideales que a lo largo de la historia han mantenido su carácter de universalidad” dijo Mattarella. “El fuego olímpico– prosiguió el Jefe de Estado al margen de la ceremonia – nos recuerda que las mujeres y los hombres pueden aspirar a metas cada vez más altas, que son libres y capaces de progresar, y que la conciencia de un destino común y de un progreso común requiere la fraternidad humana, urge la solidaridad, exige que no haya avasallamientos, que se destierre cualquier pretensión de superioridad por origen étnico, creencia religiosa, condición social”.

“Este mensaje es transmitido cada día por los jóvenes que practican deportes, por el variado universo de aficionados, por los verdaderos campeones de cada disciplina”,

concluyó.