Un gran Maroc Challenge para Semeraro y Pirotta: "Es nuestro Dakar…"

Ufficio Stampa

Los de Brianza Paolo Semeraro y Gianluca Pirotta fueron protagonistas en el Maroc Challenge con su Jeep Wrangler: quedaron quintos en su categoría, haciéndolo mejor que el resto de tripulaciones italianas en carrera. Sportal.it habló con Pirotta, natural de Villanova, con bastante experiencia en baloncesto y un asombroso parecido con el cómico Pucci, con el que a menudo se le confunde.

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¿Cuándo comenzó su pasión por los motores?
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Siempre me han fascinado los motores. Es una pasión que he llevado conmigo toda la vida y que nunca me ha abandonado.

Siempre me han fascinado los motores
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¿Hay alguna carrera en particular que te haya hecho soñar?
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Sin duda el Dakar. Lo he seguido desde la primera edición en 1977 a través de los periódicos especializados. Siempre soñé con participar, quizás con un camión. Ese sueño ha permanecido ahí, en el cajón, durante casi 50 años.

Pero entonces algo cambió…
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Sí. Después de 31 años corriendo rallies, surgió la oportunidad de participar en una competición muy parecida al Dakar: el Maroc Challenge. Es una carrera que calca las primeras ediciones del Dakar en todos los sentidos y que también es utilizada por muchas tripulaciones como preparación.

¿Qué tipo de carrera es el Maroc Challenge?
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Es una carrera muy aventurera. Lo más importante aquí es salvaguardar el vehículo. Al final de cada etapa, seis en total, mi piloto, Paolo Semeraro, y yo tuvimos que solucionar cualquier problema por nuestra cuenta, utilizando únicamente las piezas de repuesto que llevábamos con nosotros.

La carrera es muy aventurera.

¿Tuviste algún problema durante la carrera?
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Afortunadamente no tuvimos ningún pinchazo, y eso ya es mucho. Paolo supo interpretar muy bien el terreno. Rompimos dos amortiguadores traseros y sus soportes, pero conseguimos sustituirlos y soldar todo en su sitio.

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¿Qué tipo de experiencia fue desde el punto de vista humano?
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Kilómetros y kilómetros en el desierto. Arena, dunas, rocas y la nada alrededor. Es una experiencia fantástica, aunque en el momento tengas ganas de decir: «¿Pero quién me ha obligado a hacerlo?». Luego, día tras día, te atrapa más y más. El mejor recuerdo sigue siendo la noche en el vivac bereber.

¿Y desde el punto de vista deportivo?
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A pesar de todo, conseguimos un muy buen resultado: quintos en nuestra categoría de 40 participantes.

Mirando al futuro, ¿qué te llevas de esta aventura?
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El clásico mal de África. Y una certeza: ¡hasta el año que viene!

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