Khvicha Kvaratskhelia no se conforma y revela su ídolo
«¿Campeones o Scudetto? Yo digo que las dos cosas», dijo el azzurro.
Protagonista de un inicio de temporada deslumbrante -ya ha marcado cinco goles en la liga, rematados con varias asistencias, y su estrella ya ha brillado en la Liga de Campeones-, Khvicha Kvaratskhelia es cada vez más el ídolo de la afición partenopea. Acompañado a su llegada a la sombra del Vesubio por un poco de escepticismo, el gerorgiano ha tardado muy poco en dar la razón a público y crítica: siempre en el centro de la acción, siempre decisivo, siempre hambriento, el nativo de Tiflis ya se ha ganado un mural en los Quartieri Spagnoli de Nápoles. Un honor reservado en el pasado para Diego Armando Maradona y algunos otros.
Durante una entrevista exclusiva con el «Corriere dello Sport», «Kvara» -como le llama ahora todo el mundo- habló de su momento y de los objetivos que debe alcanzar. Mostrando gran confianza y ambición.
«¿Calificación del Nápoles? Fácil: 10. Es un equipo lleno de jugadores muy fuertes: si seguimos así, podemos llegar más alto de lo que todos piensan. ¿Kvaramania? Es bueno saber que tanta gente piensa así, pero precisamente por eso cuando juego lo doy todo. Al cien por cien. Más que el máximo. Estoy trabajando duro para mejorar y quiero trabajar aún más porque todavía tengo que aprender muchas cosas. Pero una cosa es segura: quiero llegar a la cima», comenzó el georgiano.
«El Scudetto es un sueño, por supuesto. Los octavos de final, a estas alturas, un objetivo. Nadie tiene límites. Podemos crecer juntos, de la mano. Sin límites. ¿Ganar la Liga de Campeones o el campeonato? ¿Por qué tengo que elegir? Yo digo que las dos cosas», continuó.
Sobre la comparación, hecha por alguien, con George Best, el georgiano es claro: «No presto demasiada atención a estas cosas, y por cierto creo que es muy difícil llegar a estos niveles. Digamos que quiero llegar a mi nivel: trabajo para mí mismo. Ser Kvara. ¿Idolo? Cristiano Ronaldo. Aunque mi primer amor fue Guti del Real Madrid. Cuando jugaba con amigos en Tiflis, mi ciudad natal, llevábamos camisetas blancas: solía escribir su nombre en la espalda», concluyó.