El no a Massimiliano Allegri en el origen de las desavenencias. Y de la reacción
Allegri contra Giuntoli
Todo el mundo ha visto la escena en el Estadio Olímpico, pero la relación entre Massimiliano Allegri y Cristiano Giuntoli, entrenador y entrenador de la Juventus, respectivamente, sufrió una ruptura significativa durante la ventana de transferencia de enero. Esta ruptura è fue causada en gran parte por los desacuerdos sobre las estrategias de mercado y las diferentes visiones sobre cómo hacer frente a las urgencias del equipo.
Tras una primera mitad de temporada muy disputada, la Juventus se encontró en una lucha punto a punto con el Inter por las primeras posiciones de la tabla. Las ausencias de Paul Pogba y Nicolò Fagioli dejaron un vacío importante en el centro del campo bianconero, creando una sensación de urgencia para reforzar el equipo.
Con el objetivo de abordar mejor la situación de emergencia, Allegri pidió a Giuntoli que adquiriera un centrocampista experimentado. La petición no era ni desorbitada ni descabellada: Allegri apuntaba a jugadores como Giacomo Bonaventura o el ex jugador de la Juventus Roberto Pereyra, ambos con contrato a punto de expirar y, por tanto, fichables a bajo coste.
En contra de las expectativas de Allegri, Giuntoli tomó una dirección diferente. En lugar de cumplir la petición del técnico, optó por comprar a Carlos Alcaraz, del Southampton.