Simone Tartarini, entrenador de Lorenzo Musetti, recuerda sus primeros partidos contra Jannik Sinner y Carlos Alcaraz
Simone Tartarini, entrenador de Lorenzo Musetti desde hace muchos años, está encantado con la llegada de su pupilo a las Finales ATP de Turín, un objetivo que llevaba persiguiendo mucho tiempo. El técnico de La Spezia también recordó los tiempos en los que entrenaba al toscano de Carrara, entonces un chaval con muchas esperanzas, y su camino se cruzó con los de Jannik Sinner y Carlos Alcaraz.
«Estamos encantados de estar aquí– dice Tartarini a Adnkronos– era un objetivo para Lorenzo y lo hemos conseguido. Ha sido un viaje increíble. Entre medias hubo una medalla olímpica en París, una Copa Davis, partidos aún menos bonitos. Ahora estamos ahí y es bonito, pero no es un punto de llegada. Hay mucho trabajo por hacer y él es consciente de que es un jugador fuerte.’
“Lorenzo estaba tranquilo tras la derrota ante Taylor (Fritz, ed.). Sabía que estaba un poco cansado después de Atenas, esperábamos compensarlo con todo el entusiasmo de la ciudad, pero se encontró con un Fritz en gran forma. Me impresionó, estuvo muy sólido con el saque y la respuesta y dio muy pocas oportunidades a Lorenzo. Jugó mejor. ¿Mi consejo para el partido con De Minaur? Que esté tranquilo y al mismo tiempo agresivo, que juegue al máximo y que sea paciente. No debe dejarse llevar por el frenesí de tener que ganar por la fuerza.
«Estos días, Turín es una gran fiesta. A veces no somos capaces de disfrutar plenamente del viaje que hemos hecho porque siempre estamos corriendo y concentrados, pero de vez en cuando nos detenemos y miramos atrás. Aquí estamos, con los mejores del mundo, chicos que han crecido con nosotros. Empezando por Jannik, al que recuerdo de niño en los primeros torneos contra Lorenzo. Jugaron el uno contra el otro por primera vez en la Copa Lambertenghi, como sub-12. Y conocemos a Alcaraz y a su equipo desde que Carlos tenía 14 años. Cada vez que nos vemos por el circuito recordamos los viejos tiempos entre sonrisas. Antes jugábamos livianos y había un poco menos de presión».
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