Gianmarco Tamberi está entusiasmado: «Será único».
«Estoy deseando sentir el calor de la afición, las esquinas y las gradas llenas de pasión.
Con una actuación por fin a la altura de su reputación -tras un inicio de temporada muy complicado- Gianmarco Tamberi ganó la Espiga de Oro en Ostrava, una reunión tradicional del World Continental Tour (nivel oro). La medición de 2,30 lograda por el atleta de Civitanova Marche es una bonita inyección de confianza de cara a la Golden Gala de Roma: una cita que a ‘Gimbo’ le apetece mucho, según explica en las palabras difundidas a través de los canales de Fidal.
«Estoy contento, necesitaba mucho este resultado porque había empezado la temporada un poco cojo. Hoy estaba súper cargado, me sentí muy bien en el calentamiento y empecé la carrera con la convicción de que podía saltar muy alto. Luego, en realidad, me equivoqué un poco con la técnica: considero que los saltos previos a la carrera son los mejores, junto con el primero de los tres intentos fallidos a 2,34. Sin embargo, hoy era imprescindible saltar al menos a 2,30. Me hubiera gustado hacerlo en Trieste para regalárselo al público italiano, pero ahora sólo pienso en la Gala de Oro: estoy deseando sentir el calor de los aficionados, las curvas y las gradas llenas de pasión, será algo único», dijo Tamberi.
Justo mañana «Gimbo» cumplirá 30 años: «Aquí en Ostrava, junto con el zapato de oro, también me regalaron un pastel de chocolate, pero me temo que no podré comerlo. Vuelvo a Italia mañana por la mañana y seguro que lo celebraré con Chiara y mis amigos. El regalo más bonito, por ahora, es la foto que me ha enviado la empresa que está haciendo las obras de mi nueva casa en Ancona: acaban de montar la canasta de baloncesto», concluye el medallista olímpico de Tokio 2020.