Carlo Calcagni explica de dónde saca toda esta fuerza

El Coronel del Rol de Honor Carlo Calcagni también fue protagonista en la carrera de handbike del Giro de Italia en Seregno (MB). Sportal.it se reunió con él al final de su carrera y le entrevistó en exclusiva.
Carlo, así que… una hazaña tras otra, siempre a tu manera.
Es un negocio, sí. Pero es la vida. Intentamos vivirla al máximo, siempre dándolo todo. Para mí, hoy, el deporte es la vida, en el sentido más auténtico de la palabra. Es pasión, es desafío, es respirar.
¿Y qué bonito es escuchar el himno italiano cuando dejas atrás a todos tus rivales?
Para mí quizás aún más. Esa tricolor está cosida a mí, aunque hoy ya no lleve uniforme. La llevé durante muchos años, como coronel paracaidista, piloto, instructor de helicópteros. Hoy tengo el papel de honor como víctima del deber, herido y mutilado en acto de servicio. Esa tricolor tiene un significado profundo e indeleble para mí. Es una emoción que no se puede explicar.
¿De dónde saca la fuerza para afrontar todo esto, para continuar?
La encuentro en la gente. Hoy, por ejemplo, había una alegría increíble por las calles. Sin embargo, yo no estaba en casa. Vengo de Lecce, hoy estoy a tiro de piedra de Milán, a más de 1.200 km. Pero el calor era el mismo, como si estuviera en mi barrio. Mucha gente me conoce, me sigue, me espera a la llegada para saludarme. Muchos me dicen que encuentran fuerza y valor a través de mi historia. Y ellos, al final, son mi fuerza.
¿También recibe a menudo este afecto fuera de las carreras?
Sí. Ayer, por ejemplo, estaba dando un paseo por Seregno. Me pararon los Carabinieri en un control. Pero no para hacer controles. Sólo para saludarme, para decirme: ‘Coronel, gracias. Sabemos quién es usted, seguimos su historia. Usted es nuestra fuerza». Es una emoción que no tiene palabras.
Cada vez más, en Italia, la gente conoce su dolorosa historia y expresa solidaridad y afecto
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Por supuesto. Vaya donde vaya, hay alguien que me reconoce. Me paran para darme la mano, para hacerse un selfie, pero sobre todo para decirme «gracias por lo que haces». Y para mí está todo ahí. Eso es lo que me empuja a seguir adelante. Nunca te rindas.