San Marino cae en Rumanía, pero Giacopetti reescribe una historia épica

San Marino pone fin a su aventura en la fase de clasificación para el Mundial 2026 con una sonora derrota en Rumanía. El partido, sin embargo, recuerda mucho a una de las actuaciones más históricas y recordadas de los Titanes: la de 1993 contra Inglaterra. Como entonces, el resultado final es de 7-1. Pero como entonces, sobre todo fue San Marino quien marcó el primer gol, que llegó en los primeros compases del partido. Pero si Davide Gualtieri tardó sólo 8 segundos en ese momento, Nicolas Giacopetti tardó 1 minuto 51.
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El comienzo de San Marino fue extraordinariamente convincente, hasta el punto de que ya en el transcurso del primer minuto Giacopetti protagonizó una jugada frontal sugiriendo un balón a remolque a Golinucci, que se anticipó en el mejor momento en el centro del área. El siguiente intento se movió desde el lateral y trajo consigo el primer gol internacional de Giacopetti: bien insertado en el centro, batió con frialdad a Târnovanu en el minuto 111″. Ciertamente no es el gol más rápido de la historia de los Titanes, pero sí de extraordinaria importancia. Es la cuarta vez que San Marino marca al menos dos goles en la fase de clasificación para el Mundial. Para encontrar otro rival goleado tanto en la ida como en la vuelta, hay que remontarse a 2000-01, cuando Selva castigó a Bélgica en Serravalle y Bruselas.
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Rumanía respondió de inmediato, apelando a Colombo con tries de Raţiu y Tănase. Después, Bîrligea envió alto un cabezazo desde una posición envidiable. Al cuarto de hora de juego, el marcador volvió a equilibrarse gracias a un gol fortuito de Rossi en propia puerta: Rumanía recuperó el balón en el borde del área sanmarinense y se deshizo de Bîrligea. El centro rasante de este último fue desviado por Rossi, que introdujo el balón en su propia portería en un intento de anticiparse a los rivales que acechaban en el área. La pesada y encharcada superficie de juego no ayudaba en nada a la fluidez del balón, por lo que Rumania volvió a intentarlo en el minuto 26 con Man, cuyo derechazo se coló por la parte exterior de la red. Todo fue bueno tres minutos más tarde, sin embargo, cuando Baiaram hizo gala de su exuberancia atlética desparramando a un par de rivales antes de presentarse delante de Colombo, batido con un derechazo a bocajarro.
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San Marino volvió a intentarlo en el minuto 37 de la mano de Giacopetti y Mularoni: la conclusión de este último se atragantó. Edoardo Colombo, por su parte, tuvo que realizar un espectacular golpe de riñón, un minuto después: Dragomir ya anticipaba el 3-1, con un potente cabezazo en picado neutralizado por el extremo sanmarinense. Nada que hacer, sin embargo, en el minuto 43: un disparo raso dentro del área se vio frenado por la pesada superficie de juego, lo que en efecto propició un zurdazo de Man que dejó sin opciones al guardameta. Poco después, un nuevo pique en el área entre Valentini y Colombo amenazó con generar el segundo gol en propia meta de la noche, con el que terminó la primera parte.
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A la salida de los vestuarios salió Giacomo Benvenuti por Rossi: siguiendo los pasos de su hermano Tommaso, fue él quien formó la pareja de centrales con Valentini. El trabajo de Colombo sobre Bîrligea fue inmediato, y luego el disparo con la zurda de Man fue frenado por la lentísima superficie de juego, que favoreció la parada del guardameta invitado. Nada comparado con la intervención sobre el mismo delantero también apreciada con la camiseta del Parma en el minuto 55: un pase atrás de Fabbri se frenó en el césped empapado, permitiendo al rumano disparar, neutralizado por una gran intervención de Colombo. El guardameta del Gzira United no pudo oponerse, dos minutos más tarde, al desvío fortuito de Valentini en un centro desde atrás. El segundo gol en propia puerta de la tarde supuso el 4-1 para Rumanía.
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En el minuto 62, Colombo tuvo que inventarse otro prodigio de elasticidad para negar el gol a Tănase, a puerta vacía desde el borde del área. Menos de diez minutos después, San Marino volvió a intentarlo: Pancotti convergió por la banda izquierda para habilitar a Riccardi, que estuvo valiente al soltar su derechazo desde la frontal del área, enviándolo alto por encima del travesaño. En el lado opuesto, Colombo puso otro parche a la venenosa diagonal de Munteanu. En el minuto 76, Hagi se sumó a la lista de goleadores al transformar un penal en movimiento con un preciso zurdazo desde el corazón del área. Un minuto antes, Matteo Vitaioli entró en el campo: para el capitán y veterano jugador de la selección nacional de San Marino, era la centésima aparición a escala internacional. Nunca nadie había llegado tan lejos. En la final, Rumanía volvió a ampliar con Raţiu -que necesitó dos intentos para batir a Colombo desde muy corta distancia- y Marin, que marcó desde el punto de penalti tras el dudoso contacto entre Riccardi y Petrila.
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