Roberto Mancini jeque entre jeques
Dos semanas después de su dimisión como entrenador de la selección nacional, fue el 13 de agosto, Roberto Mancini está listo para iniciar una nueva aventura: la Gazzetta dello Sport, citando fuentes árabes, ha anunciado de hecho que el técnico de Jesi está muy cerca del banquillo de Arabia Saudí. Un contrato de tres años por valor de 25-30 millones de euros está listo: el anuncio, afirman en Riad, está muy cerca.
El contrato, hasta 2026, está orientado al Mundial de Canadá, México y Estados Unidos, pero antes, el próximo enero, está la Copa de Asia, a la que Arabia le tiene muchas ganas, ya que el último de los tres triunfos se remonta a 1996. El Mancio involucrará en la nueva aventura a su plantilla histórica: Salsano, Lombardo, Nuciari, Battara, Gagliardi, Scanavino y tal vez Oriali, ya que Luciano Spalletti debería conformarse con Gianluigi Buffon como nuevo jefe de la delegación italiana.
Por su parte, en el transcurso de una entrevista concedida al Corriere della Sera, el presidente de la FIGC se expresó sin ambages sobre la dimisión de Roberto Mancini como seleccionador italiano y sobre las declaraciones del ex técnico del City acerca de los motivos que le han llevado a tomar esta decisión.
No quiero alimentar más la polémica, pero sus declaraciones fueron desalentadoras, inapropiadas y ofensivas hacia mí. No niego la relación que tengo con Roberto y espero que reconsidere su postura. Nunca ha habido ninguna falta de respeto por mi parte. Nunca he invadido el campo, nunca he sugerido un jugador, nunca he pedido una formación. No merezco tales palabras», comenzó diciendo el presidente de la FIGC.
"Mi confianza en él era total y lo demostré con mi comportamiento. Tras el fracaso en la clasificación para el Mundial de Qatar fui a la conferencia con él y puse la cara para defenderle. Si no hubiera creído en él, no le habría firmado un contrato hasta 2026. Todavía me pregunto por qué dijo esas cosas y si realmente las dijo, porque él sabe muy bien que la realidad es exactamente lo contrario de lo que dijo», prosiguió el director deportivo.
"Roberto nunca me dijo que quería irse. Me enteré de su dimisión por su mujer, Silvia Fortini, que è es su abogada, el día antes de que llegara a las oficinas de la Federcalcio a través de un pec formal. Teniendo en cuenta la relación personal, hubiera preferido que Mancini me hubiera expresado su voluntad mirándome a los ojos" añadió el vicepresidente de la UEFA.
Para concluir, Gabriele Gravina comentó la inminente llegada de Luciano Spalletti como nuevo entrenador de la selección: "Hablamos con De Laurentis y no esperaba nada diferente de lo que è sucedió. Ciertas declaraciones, sin embargo, me parecieron inapropiadas, como cuando dijo que si queríamos a Spalletti habríamos tenido que pagar la cláusula. La situación estaba clara desde el principio. El propio Luciano me dijo que el asunto era entre él y el Nápoles y que la FIGC nunca pensó en hacerse cargo.