Emma Navarro, la nueva pareja de Jannik Sinner, tiene un abuelo que hizo historia

Frank Frederick Navarro, el abuelo de Emma, la pareja de Jannik Sinner en el torneo de dobles mixtos de Cincinnati, fue un consumado jugador de fútbol y un innovador entrenador jefe universitario y falleció el 30 de mayo de 2021, a los 91 años.
Dejó tras de sí un legado de logros profesionales y personales, reflejados en los numerosos premios universitarios que recibió durante su carrera, así como en una querida familia: esposa Jill, siete hijos, entre ellos Ben, el padre de Emma, una hija, 22 nietos y bastante más de un bisnieto.
La trayectoria vital del entrenador del Cincinnati Cincinnati fue larga.
El periplo vital de nueve décadas de duración de Frank no se veía venir, empezando por su infancia en White Plains, Nueva York. Una madre decidida, Anna Longo Navarro, les crió a él y a su hermana pequeña Joan Cardinale con medios limitados. Más tarde, le encantaba contar la anécdota de la vez que cogió el tren al Bronx y se coló por los tornos con un aficionado de pago para poder animar a sus amados Yankees.
La anécdota de la vez que cogió el tren al Bronx y se coló por los tornos con un aficionado de pago para poder animar a sus amados Yankees.
Prospecto del fútbol americano en White Plains High bajo la dirección del entrenador Glenn Loucks y atleta de tres deportes, Navarro jugó en el equipo campeón nacional invicto de la Universidad de Maryland en 1951. Ese título se coronó bajo la dirección de Jim Tatum al derrotar a Tennessee en la Sugar Bowl el día de Año Nuevo de 1952.
Fue en College Park donde conoció al amor de su vida, Jill, a quien atribuyó para siempre gran parte de su éxito futuro. Tras servir como oficial en las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, Navarro encontró su vocación en 1955 como entrenador de fútbol universitario. Empezó como ayudante del legendario Lou Little en la Universidad de Columbia, miembro de la Ivy League. En 1963, fue llamado por el prestigioso Williams College, donde en un periodo de 11 años pasó de asistente a entrenador jefe de los Ephs.
.
En 1967, su equipo de Williams terminó una temporada invicto, realzada por una memorable victoria sobre su rival, el Amherst College. Fue en este campus del oeste de Massachusetts donde atrajo la atención del artista Norman Rockwell, residente en Stockbridge. Rockwell retrató al entrenador Navarro y su mandíbula cuadrada en su famosa obra El recluta.
De vuelta a la Universidad de Columbia, esta vez como entrenador jefe, Navarro llevó a los Lions de 1971 a su primera temporada ganadora en ocho años y fue nombrado Entrenador del Año del Eastern College. Tras su marcha, Columbia tuvo que esperar 23 temporadas para igualar las seis victorias de su equipo de 1971.
Después se trasladó al Wabash College, donde alcanzó su punto álgido en cuatro años con una temporada de 11 victorias en 1977, que culminó en la final por el título nacional. Esa hazaña le valió un lugar especial en la historia de la institución, que dedicará su nuevo estadio a ‘Frank Navarro Field’ este otoño.
En 1978 comenzó un mandato de siete años en la Universidad de Princeton, que incluyó una espectacular victoria por 35-31 sobre la poderosa Yale en 1981.
Navarro puso fin a sus 30 años de carrera en el campo en 1985, habiendo influido en la vida de cientos de jóvenes deportistas, transmitiéndoles ambición y carácter, cimentados en los valores del trabajo duro, la humildad y el respeto. Fue mentor de muchos, manteniendo relaciones que duraron toda la vida.
Tras su jubilación, se trasladó de forma permanente a Rhode Island, un lugar especial para la familia, lleno de recuerdos de casi 30 veranos pasados juntos en una comunidad costera.
Siguió vinculado al fútbol de Nueva Inglaterra como comentarista radiofónico para la Universidad de Massachusetts y la Universidad de Rhode Island.