Vincenzo Nibali se sube al tren del recuerdo y revela un arrepentimiento
Tiburón retrocede en la memoria hasta 2014
El Tour de Francia 2022 se detendrá en Arenberg – Port du Hainaut el miércoles, pasando por las carreteras adoquinadas que suelen caracterizar la París-Roubaix. En la misma línea de meta llegó la Grande Boucle en 2014: entre los protagonistas de esa etapa estaba Vincenzo Nibali, que acabó tercero en la etapa que empezaba en Ypres (hoy, sin embargo, empieza en Lille) y se confirmó en el maillot amarillo, sentando las bases del éxito en ese Tour.
En declaraciones a ‘La Gazzetta dello Sport’, el Tiburón se subió al tren de los recuerdos, hablando de esa etapa: «Ya estaba lloviendo a cántaros cuando me desperté», dijo, «vi el agua cayendo desde la ventana del hotel y fue como si la sintiera sobre mí incluso antes de salir.
Fue una «experiencia hermosa y estimulante», añadió Nibali, «y luego… útil». En el sentido de que había un poco más de respeto por mí a la hora de pasar. Recuerdo que en una situación de carrera me encontré cerca de Trentin y antes de pasarle le grité ‘Matteoooooo’… En la reunión de Astana dijimos que era esencial colocar hombres en la escapada y lo hicimos con Westra. Y en la carrera, tenía que tener compañeros cerca, como fue el caso, además de Westra, de Fuglsang. Un plan exitoso: si tienes dos compañeros a tu lado, es otra historia. Entonces, conté con mi habilidad para conducir la moto.
Sin embargo, queda un remordimiento que tiene que ver con esas mismas carreteras: no haber corrido nunca la París-Roubaix en su carrera: «Este año lo pensé, pero no fue posible», admitió el Tiburón. Un pequeño remordimiento, sí. Pero no siempre se puede hacer todo.