Darío Costa habla de su túnel perfecto
Darío Costa es un aviador que tiene una maravillosa historia que contar. Y lo ha hecho escribiendo un libro muy interesante, «El túnel perfecto» (Minerva Edizioni), con Biagio D’Angelo. Nacido en 1980 en Manchester, de padre italiano y madre iraní, que acababa de huir de un Teherán pasado a cuchillo por la revolución de Jomeini, Darío vivió primero en el desierto de Libia y luego en las afueras de Bolonia, sin saber una palabra de italiano. Pronto se enamoró de volar al tiempo que se daba cuenta de que sufría de vértigo. Y pronto, tras darse cuenta de que no le interesaba ser piloto de avión, se fijó su objetivo: ser uno de los doce pilotos del mundo que cada año participan en la Red Bull Air Race, una competición entre aviones «de carreras» de última generación, en la que los pilotos tienen que volar lo más rápido posible a través de una pista de obstáculos formada por pilones rompibles de 25 metros de altura, rozando los 400 km/h y enfrentándose a una aceleración que supera 12 veces la fuerza de la gravedad. Un objetivo que Costa no sólo logró, sino que lo vio ganar.
El túnel perfecto» es, por tanto, la historia de un sueño hecho realidad y, al mismo tiempo, el relato de una obsesión. Es un viaje sin filtros al alma de un gran atleta, que cuenta por primera vez el mundo del vuelo deportivo y describe la hazaña más extrema jamás concebida en la historia del automovilismo: el cruce de túneles gemelos a bordo de un avión a una velocidad de más de 300 km/h. Esta hazaña, que tuvo lugar cerca de Estambul en la madrugada del 4 de septiembre de 2021, ya se ha convertido en objeto de estudios y publicaciones científicas.
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