Giro de Italia, Primoz Roglic se prepara de forma alternativa
Al no competir en abril, el esloveno prefirió entrenarse en altitud.
Al no competir en abril, el esloveno prefirió entrenarse en altitud.
El piloto de 40 años del Premier-Tech israelí ha dejado atrás unos meses complicados: el objetivo es el Top 10 en la Corsa Rosa.
«Tiene un lugar especial en mi corazón: tengo menos presión pero quiero ganar», subrayó.
«Tengo que subir otro nivel y nunca he dudado en elegir el Giro para hacerlo».
El corredor del AG2R Citroen Team, de 37 años, dejará el ciclismo al final de la temporada
«La contrarreloj inaugural me brinda una vez más la oportunidad de empezar el Giro de la mejor manera posible», señala.
El español ha ganado la carrera rosa en dos ocasiones (2008 y 2015).
ADISPRO también llora a uno de sus miembros más apasionados.
«Todo empieza con un sueño. El mío es volver a ver a un joven ciclista sardo al más alto nivel de este deporte».
El corredor del Trek-Segafredo dio positivo por Covid-19.
El piloto del UAE Emirates se lesionó tras una fuerte caída en la Lieja-Bastogne-Lieja.
«Tengo que dar las gracias al equipo por cómo ha corrido.
«¿Hasta cuándo? ¿Hacemos algo? Nuestras vidas están en juego».
Que el británico era el más fuerte, junto con sus compañeros de equipo, ya quedó claro en Alpbach.
«No ha sido fácil, he tenido que darlo todo en el muro. El final es espectacular pero es muy duro. No tengo palabras.
«No estoy en el Tour de los Alpes para preparar la Corsa Rosa», asegura el británico.
El esloveno ganó la Clásica que abre el Tríptico de las Ardenas, por delante de Healy y Pidcock.
Louis Meintjes y Vincenzo Albanese completaron el podio de la clasificación general.
La reunión está prevista para el 14 de abril a las 23.30 horas en el Hotel delle Rose.
Además de la victoria de etapa, para el neozelandés supone la satisfacción de haber vestido los cuatro maillots de líder.
«Ha hecho una actuación muy buena y podrá ganar en el futuro».
«Los últimos kilómetros no pasaban, era un suplicio», añadió al final de la carrera.
El holandés triunfa en la carrera de los monumentos.
El veterano del grupo cuelga su bicicleta, convencido por las pruebas médicas que indicaban posibles repercusiones en su salud.
«Hay que estar un poco loco para amar la Roubaix», explicó sin rodeos el campeón de Verbania.
El holandés celebra el maillot amarillo en la Vuelta al País Vasco. Y no sólo eso.
«Como padre, soy la persona más feliz del mundo porque ayer, en el estadio, vi sus ojos llenos de felicidad.
«Adesso gli mancano solo la Milano-Sanremo e Parigi-Roubaix e dopo queste le avrà prese tutte e cinque. Sono certo che un giorno le conquisterà, ma non è neanche necessario per avere un posto d’onore nella storia del ciclismo».
El fenómeno esloveno, dos veces ganador del Tour de Francia, en la línea de meta en solitario.