La selección y Luciano Spalletti: «La arremetida de Aurelio De Laurentiis es dura
Sobre el posible nuevo seleccionador italiano llega la clara postura de su ex presidente.
Roberto Mancini ya no es seleccionador de Italia y se habla insistentemente de Luciano Spalletti como su sustituto. Es una perspectiva en la que Aurelio De Laurentiis, ex presidente del técnico toscano en el Nápoles, ha decidido intervenir, y en la tarde de mediados de agosto confió su pensamiento a un comunicado publicado en la web del club napolitano.
"Después de la avalancha de consideraciones abstractas que han aparecido en muchos medios de comunicación, realizadas por comentaristas autorizados y operadores de comunicación, creo que es necesario aclarar el asunto Spalletti, vinculado a su posible compromiso como entrenador de la selección italiana de fútbol", dice De Laurentiis en la apertura de su nota oficial.
"Siempre he sentido un gran respeto por la selección nacional y cuando era joven, aparte del Nápoles, era el único equipo que me apasionaba", ha declarado De Laurentiis. "Luciano Spalletti, a pesar de tener un último año de contrato con el Nápoles, tras ganar el Scudetto ha expresado su deseo de tomarse un descanso como entrenador porque está muy cansado. Por gratitud al trabajo que ha realizado, no he pestañeado, aunque podía haberle pedido que cumpliera su contrato. Por tanto, le di la oportunidad de tomarse este largo periodo de descanso.
«En consecuencia», prosigue el comunicado firmado por De Laurentiis, «fui en busca de un entrenador que pudiera sustituir a Spalletti, una persona de gran experiencia y prestigio. Estoy muy contento de haber identificado a Rudi Garcia, que sin duda hará un excelente trabajo». Volviendo a Spalletti, escuchando la voz y el sentimiento de los millones de aficionados del Nápoles que sienten una profunda conexión con el entrenador de los campeones de Italia, al concederle la posibilidad de no cumplir su contrato, le pedí garantías de que respetaría este periodo sabático, incluyendo una penalización en caso de que no se cumpliera su compromiso.
A continuación, De Laurentiis pasa a la FIGC y a Gabriele Gravina: "Por lo que respecta a la Federación, observando el asunto que nos ocupa, lo que me parece más sorprendente es que llegue pocas semanas antes de dos partidos muy importantes para la selección nacional, que sufre la dimisión del seleccionador Roberto Mancini. A este respecto, hay que hacer dos consideraciones principales: no se sabe cómo mantener las relaciones con los propios colaboradores induciéndolos a dimitir; se carece de instrumentos jurídicos adecuados para retenerlos determinando el cumplimiento de los contratos firmados, también mediante la previsión de sanciones específicas. Y si la elección recae justamente en Spalletti, un gran entrenador con 25 años de experiencia a alto nivel, que ha expresado el mejor fútbol de Europa en la última temporada, ofreciéndole un salario de 3 millones netos por tres años, no podemos detenernos en la asunción (pagando en nombre del entrenador) de un millón bruto al año para liberarlo de su obligación contractual (un compromiso no sólo con el Nápoles, sino con todos sus millones de fans). Todo esto es è incoherente".
"Para el Calcio Napoli tres millones no es ciertamente mucho, y para Aurelio De Laurentiis es aún menos", añadió el mecenas napolitano. Pero la cuestión en este caso no es de 'vil denaro', sino más bien una cuestión de principios, que no afecta sólo al Calcio Napoli, sino a todo el sistema del fútbol italiano, que debe despojarse de su actitud amateur para afrontar los retos mirando por el respeto a las reglas de los negocios, de las sociedades anónimas, del mercado".
Pero mientras se permita que la 'regla' sea la 'excepción', el sistema futbolístico no podrá evolucionar y seguirá habiendo 'casos Spalletti', ya que seguirán expresándose 'comentaristas autorizados' que no saben cómo debe gestionarse una empresa de forma sana', concluyó De Laurentiis.